Oro salvaje ha sido el trabajo más increíble de los realizados hasta ahora. En primer lugar concebí este libro de un tirón, sin pausa, sin titubeos, sin domingos, en segundo lugar, y contrario a mi costumbre, no planifiqué los acontecimientos sino que ellos llegaban a borbotones cada vez que me sentaba a escribir, unos tras otros, sin darme paz ni tregua hasta la última página. Y eso fue lo mejor para la historia.
Oro salvaje es quizás el producto de la añoranza, El último de los mohicanos, La estrella del sur, Colmillo blanco y tantas otras leyendas que nos acompañaron en la adolescencia, marcaron esa sed de aventuras y ese volar hacia otras épocas, sueño que no recuperamos de adultos, pero que no olvidamos tampoco.
Oro salvaje es un agujero perfecto para perderse en el tiempo, escapar de una emboscada, domar un caballo, encontrarse un chino, luchar contra los osos, atravesar un desfiladero, descubrir un secreto, convivir con los indios, tensar un arco y enfrentar el mal siguiendo las huellas del oro. Ojalá lo encuentren, pues alcanza para todos.
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